Creemos que Dios creó el cosmos para que fuera bueno, hermoso, y lleno de propósito. En medio de este mundo, Dios hizo que un hombre y una mujer—Adán y Eva—fueran sus representantes únicos en la Tierra, llevando su nombre y extendiendo su reino mientras vivían en una relación dinámica con Él.1 Sin embargo, Adán y Eva eligieron pecar cuando escucharon la voz del mal y traicionaron a Dios, arrojando a toda la humanidad y al mundo bueno en el que vivieron a ciclos devastadores de vergüenza, culpa y temor, que culminaron en la muerte. 2 Pero Dios escogió no abandonar a su creación rebelde. En cambio, Él amorosamente llamó a otra pareja, Abraham y Sara, para que guiaran a una familia fiel y prometió que a través de ellos todas las naciones de la Tierra serían bendecidas. 3 A lo largo de la historia, Dios ha seguido trabajando hacia la redención a través de su pueblo a pesar de la incapacidad habitual de este para vivir conforme a los caminos de Dios.

Creemos que cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió al mundo a Jesucristo, su Palabra eterna y verdadero Hijo, lo envió como hombre para anunciar y encarnar la presencia del reino restaurador de Dios —y así su reino irrumpió en un mundo quebrantado. 5 Además, invitó a un nuevo grupo de seguidores (llamados “discípulos”) a imitar su forma de vida y aprender a amar tanto a Dios como al prójimo. 6 Este mismo Jesús fue crucificado como un criminal cualquiera, entregando su vida sin pecado como rescate por muchos y atrayendo todo el mal sobre sí mismo en su muerte. 7 Pero al tercer día, Dios resucitó a Jesucristo como vencedor sobre el mal y el primer fruto físico del futuro de Dios para su cosmos. 8

Creemos que Jesús está ahora a la diestra de su Padre reinando desde el cielo como el verdadero Rey. Él está invitando a todas las personas en todas partes a confiar en Él para el perdón y la libertad de la vergüenza, la culpa y el miedo porque Él es nuestra fuente única de vida, tanto ahora como para siempre. Además, Él ha dado su Espíritu para darnos dirección y poder para que podamos vivir plenamente en la identidad y el destino especiales que Él ha preparado para cada uno de nosotros.9 Hoy, vivimos juntos como una comunidad del pueblo de Dios en misión, buscando amar a Dios y seguir a Jesucristo haciendo discípulos en nuestras comunidades, las naciones y la próxima generación que nos rodea. Al confiar en la infalible y activa gracia de su Espíritu y en su enteramente confiable Palabra, acogemos la aventura a menudo desafiante pero siempre esperanzadora del amor sacrificial, la generosidad desinteresada y la bondad sanadora a la que Él nos llama.10

También creemos que la vida en el Reino de Dios es gozosa, así que nos deleita el gozarnos y reír juntos.11 Un día, en un futuro no tan lejano, creemos que Jesucristo volverá y rehará el mundo, juzgando y quitando hasta el último rastro del mal con el fin de completar la nueva creación que Él comenzó en la primera Pascua.12

Para expresiones históricas y más amplias de fe con las que nos alineamos como comunidad, por favor vea el Credo de los Apóstoles. Además, las referencias a los pasajes bíblicos en las notas a pie de página de abajo no están supuestas a ser tomadas como “textos de prueba” que transmiten toda la extensión de las ideas bíblicas en unos cuantos versículos, ni representan todos los pasajes sobre un tema en particular. Más bien, esperamos que estas referencias puedan ser un punto de partida para una mayor exploración de nuestras convicciones acerca de la gran historia de Dios.