Dios no quiere que andemos en solitario. El cristianismo nunca fue pensado como un esfuerzo individual. Por eso, el estudio de la Biblia en grupo no solo es valioso, sino también invaluable. El estudio en grupos pequeños es tan efectivo que Jesús lo utilizó para entrenar a los hombres que serían conocidos como los apóstoles (Lucas 6:12-16; Marcos 4:34). Dios quiere que llevemos las cargas unos de otros. A través de la oración y el estudio de la Biblia, podemos caminar juntos guiados por la presencia de Dios en nuestras vidas.